The MindKind, empresa CEEIARAGON adscrita a sus servicios CRECE, desarrolla desde una pedanía de Castejón de Sos un proyecto para dotar a las máquinas de una avanzada inteligencia artificial.
Un informático de sistemas, un ingeniero electrónico, un ingeniero aeronáutico y una psicóloga montan su reunión de trabajo a orillas del río Ésera. Telemáticamente participan también un ingeniero informático y un graduado en desarrollo de videojuegos. Falta un doctor en neurociencia, que está por llegar a la empresa. Con la primavera del Pirineo como escenario, y el ruido de los pájaros como sonido ambiente, entre todos desarrollan los siguientes pasos del proyecto de inteligencia artificial que la empresa The MindKind está cocinando en El Run, una pequeña pedanía de Castejón de Sos, en la Ribagorza.
Encabeza el grupo Mario Garcés, un informático e investigador que ha elegido este rincón del Pirineo para trabajar en un proyecto que, sobre el papel, encajaría más en Silicon Valley. Su idea es desarrollar un programa con el que dotar a las máquinas de capacidad de aprendizaje, de razonamiento, de capacidad para tomar decisiones y hasta de un comportamiento humano. “El objetivo es que una máquina se comporte con los razonamientos de un ser humano. No que los imite mediante estadística, como hasta ahora, sino que su propio sistema defina cuáles son sus motivaciones”, explica Garcés.
Según explica, la inteligencia artificial que se ha desarrollado hasta el momento “no es inteligencia”. “Ahora se está aprovechando la tecnología con una cantidad ingente de datos, se sacan patrones y se seleccionan las acciones que se tienen que llevar a cabo de acuerdo a esos patrones”, cuenta. Él está planteando “una vuelta de rosca”, en la que se puedan replicar mediante ordenadores “las capacidades que tienen los seres vivos de aprender, razonar, tomar decisiones y comportarse”. El objetivo es que la máquina “capte información, defina cómo evoluciona su comportamiento y tome decisiones acertadas a partir de los objetivos que él mismo se fije”.
Las potenciales aplicaciones, defiende Garcés, son enormes, ya que abarcan “todos los sistemas en los que haya una interacción entre el hombre y la máquina”. Podrían ir desde una centralita telefónica -en la que el cliente no sabría si está hablando con una persona o con una máquina- hasta las misiones espaciales a Marte. Uno de los usos que ve más al alcance de la mano es el metaverso, ese entorno digital en el que, con unas gafas de realidad virtual, las personas podrán (ya pueden) interactuar. “Allí habrá interacción social, reuniones de trabajo, compras, ventas, clases… Por ejemplo, se podrá recrear una batalla histórica para que el estudiante la viva desde dentro. E infinitas cosas más”, pronostica Garcés.
The MindKind se constituyó hace poco más de medio año, pero su nacimiento es fruto de 15 años de investigación en el campo de la neurociencia de su fundador, Mario Garcés. Los servicios CRECE de CEEIARAGON a los que The MindKind se sumó en mayo de 2021 le permiten entre otras cosas recibir apoyos para su crecimiento y participar en un ecosistema de innovación desde el Pirineo.