Este 7 de mayo se cumplen 20 años del nacimiento de ebroNAUTAS, una iniciativa pionera de ecoturismo fluvial y educación ambiental impulsada en sus inicios desde CEEIARAGON, el Centro Europeo de Empresas e Innovación de Aragón. Lo que comenzó como una idea incubada en este ecosistema de emprendimiento, hoy es una consolidada empresa que ha cambiado la forma en que muchas personas miran, sienten y se relacionan con el río Ebro.
Del vivero de ideas al corazón del río
En mayo de 2005, un grupo de jóvenes vinculados al Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Zaragoza y al Grupo Investigador Nueva Cultura del Agua, decidió transformar su compromiso ambiental en acción directa. Con el apoyo de CEEIARAGON, convirtieron esa visión en un proyecto empresarial: construir un puente entre la ciencia y la sociedad a través de experiencias lúdicas que conectaran emocionalmente a las personas con el río.
Así nació ebroNAUTAS, que realizó ese mismo mes su primer descenso en piragua por el Ebro, dando comienzo a una larga travesía que ya dura dos décadas.
Veinte años navegando con propósito
Desde entonces, ebroNAUTAS ha ofrecido actividades fluviales para públicos de todas las edades y condiciones: desde descensos abiertos al público general hasta propuestas personalizadas para escolares, personas con discapacidad, eventos corporativos, filmaciones o incluso celebraciones como bodas o cumpleaños. A lo largo de estos años, han convertido el Ebro en un escenario de disfrute, sensibilización y conocimiento.
“Cada actividad es una oportunidad para que la gente se reencuentre con el río desde el respeto y el cariño. Queremos que lo vean como algo cercano, vivo, y digno de ser protegido”, explican desde la organización.
Educación ambiental desde la piragua
Una de las líneas más destacadas del proyecto es su vertiente educativa. En particular, los descensos escolares, que representan un tercio de su actividad anual, se han convertido en una herramienta clave para generar conciencia ambiental entre los más jóvenes. “No hay mejor forma de enseñar a cuidar el río que dejar que lo vivan, lo toquen, lo disfruten. Es ahí donde empieza el vínculo afectivo con el entorno”, señalan.
Desmontando mitos sobre el Ebro
Pese a su éxito, ebroNAUTAS también ha tenido que enfrentarse a prejuicios todavía arraigados sobre el río: su supuesta peligrosidad o la mala calidad de sus aguas. “Persisten ideas propias de los años 80, cuando la contaminación era un problema grave. Hoy, tras décadas de mejoras en depuración, el Ebro está en mucha mejor forma. Es navegable, accesible y seguro si se hace con responsabilidad”, aseguran.
Además, recalcan que no es necesario tener experiencia previa ni una condición física especial para disfrutar de un descenso guiado. “Queremos que cualquier persona, sin importar su edad o forma física, pueda disfrutar del río con nosotros”, afirman.
Mirando hacia adelante: ciencia, compromiso y amor por el Ebro
En estos años, ebroNAUTAS ha ampliado su labor al ámbito técnico y científico, participando en estudios de batimetría, mediciones de caudal y análisis de infraestructuras fluviales. Esta evolución refuerza su objetivo original: contribuir al conocimiento y preservación del entorno natural.
“Nos gustaría que ebroNAUTAS siga siendo una puerta de entrada para enamorarse del río. Porque solo lo que se disfruta se quiere, y solo lo que se quiere se cuida”, concluyen. Una frase que resume perfectamente el espíritu de un proyecto nacido en el ecosistema emprendedor de CEEIARAGON y que, 20 años después, sigue navegando con más fuerza que nunca.
Fuente: Arainfo